Esta entrada está dedicada a una manta de patchwork muy especial que ido elaborando a lo largo del año. La he llamado la manta de la amistad porque en el centro de cada
log cabin tiene una imagen distinta dedicada a la amistad.
La realizado completamente a mano, desde cero, están cosidos los
log cabin a mano, está enguatada a mano y cerrada a mano. Por lo cual es un trabajo que me ha llevado bastante tiempo, pero del que he disfrutado cada minuto.
Para quienes no estén muy versados en patchwork el
log cabin es una técnica específica.
Log cabin significa cabaña de madera y al modo de estas cabañas que están realizadas con troncos superpuestos, pues así se realiza el quilt. Se trata de usar los retales más pequeños y recortarlos en rectángulos que irán cosidos superpuestos unos a otros, al modo que se construyen las casas de madera. Lo van a ver mejor en las fotos porque explicarlo es complejo.
En esta manta he gastado muchos retales que me quedaban del sampler anterior. Las imágenes centrales de los
log cabin principales, están sacados de una tela de tonos sepias que muestran a distintos niños y niñas jugando, haciendo pómporas y siguiéndolas, corriendo tras un perro, saltando la comba, cogiéndose de las manos y girando, viendo juntos un bonito paisaje campestre. Todas son imágenes entrañables de la amistad más pura e inocente, que es la de la niñez y por eso la he llamado la manta de la amistad.
En las cuatro esquinas he diseñado unas ranas, que son un sello personal, pues es el animal que más me gusta y que le dan un toque muy divertido a la manta.
La tela trasera es de hojas sobre fondo verde, un buen trozo de tela que tenía por ahí y cuyos tonos verdes y azules encajaba con la manta.
El resultado es un manta bastante grandecita, y de forma cuadrada, era difícil fotografiarla entera, así que la colgué en el tendedero. Despido la entrada con otra imagen completa de esta manta de la amistad.