Se acercan las festividades y el
fin de año queda cada vez más cerca. Para las diversas exposiciones y mercados
del mes de diciembre ando preparando muchas cositas. En esta entrada voy a
reunir el grupo de los adornos de origami.
Para poner un poco de luz a tan
oscuros días voy a compartir estos adornos tan modestos con el fin de
embellecer nuestro entorno, en el que desarrollamos el día a día. Están
construidos con algo tan delicado y fácil de adquirir por estos lados como el
papel.
Es un material muy poco valorado
en nuestra sociedad por lo efímero de su constitución. Pero ninguna creación es
eterna, todo en este mundo desaparece, se modifica y adapta. Estamos sujetos al
cambio continuo, y quizás por ello hay personas que desean la seguridad de los
adornos duraderos. Frente a ellos, posiciono mis creaciones de origami,
modestas y sujetas a la desaparición en unos años, realizadas a retales de
papel, a veces estampados japoneses, otras veces dibujados por mi mano con
líneas geométricas de colores diversos, todas ellas engendradas en algún lugar
ordenado de mi mente.
Las estrellas de papel que
documento en estas fotografías están realizadas con seis papeles ensamblados
entre sí, sin pegamento, ni cortes, sólo dobleces, sólo geometría pura. Formas
perfectas que se entrelazan generando otra forma mayor.
Generalmente les introduzco un
lazo con la finalidad de que puedan ser colgadas de donde se desee.
Personalmente me gusta que cuelguen de los pomos de las puertas, pero también
quedan bonitas en las ventanas o en el árbol de navidad. Se pueden juntar en guirnaldas
o se pueden colocar por separado.
Los estampados de los papeles y
sus colores son muy importantes para mí, pues estas estrellas no son más que un
juego de combinación de formas y colores. Un juego colorido con la intención de
generar luz, alegría y paz, en estos tiempos tenebrosos, no sólo por el otoño y
los días oscuros sino también por la tristeza de la inmisericordia en la que
nos hallamos inmersos.
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